Entrevistas, Sesiones fotográficas,
Presentaciones en TV y la grabación de uno que otro show, y mis impostergables
salidas, así se iba mi vida día tras día, mes tras mes y año tras año. Una rutina
que se repetía, que me envolvía sin ánimos de dejarme ir. Porque así también
llega a ser la vida. Te absorbe, te exprime y usa como una esponja hasta que la
inutilidad se apodera de ti.
Decir que estaba cansado seria mentir,
muy a mi pesar era la vida que había elegido y de la que me sentía orgulloso.
Hoy a diferencia de otros días la hora
se me había escapado de las manos, llego a casa y ahí estaba Evans recostado
sobre el sofá de la sala, no pude evitar verlo con una sonrisa, no se hagan
ideas tontas ni mucho menos recreen un yaoi inexistente, Evans es mi manager y
mi mejor amigo, compartimos este departamento, y ¡NO!, no me gustan los
hombres.
Me acerco y al parecer siente mi
presencia, se mueve torpemente sobre aquel pequeño mueble, de un respingo se
sienta y me mira fijamente con notable enojo
- - Son las 4:00am me puedes decir ¿donde estuviste hasta esta hora?
- - Por ahí
- - Soy tu manager al menos debería saber dónde y con quien estuviste
- - ¿Donde? pues nadie mejor que tu sabes a donde suelo ir, con quien es algo que no puedo responder teniendo en cuenta que eso depende lo productiva que puede haber sido la noche – sonreí burlonamente al ver su expresión – ya cambia esa cara Evans que sé muy bien que hago y con quien lo hago, por sobre todo mi carrera esta primero y lo sabes
- - A veces creo que poco o nada te interesa
- - Ahora dime ¿Por que estas durmiendo en el sofá? Porque no me vas a decir que estuviste esperándome - la respuesta era obvia pero nada mejor que oírla de primera mano, no era por nada pero cada día odiaba mas a esa mujer
- - Discutí con Anaile
- - Vaya que novedad, me sorprendería más que me dijeras que la pasaste bien a su lado y que por una vez al menos no discutieron
- - No seas tan sarcástico
- - Evans yo no entiendo que haces con esa mujer, si bien admito que es bonita, de nada sirve si tiene el alma podrida
- - Vanness las cosas no son como crees, ella tiene motivos más que suficientes para ser como es, y si bien hay cosas que por respeto a ella no puedo decirte, puedo decir a su favor que me merezco eso y mas
- - Allá tu con tu rollo amigo, la verdad no te entiendo y ni quiero entenderte, solo le pido a Dios me libre de estar con una mujer como esa
- - Bueno dejemos de hablar tanto y vayamos a descansar que mañana tenemos una agenda recargada
Suspire pesadamente
compadeciéndome de su suerte, yo puedo darme el lujo de elegir a la mujer que
mejor se adecue a mí, Evans podría hacer lo mismo, es un hombre por el cual
muchas mujeres serian capaces de todo, no comprendo cómo fue a terminar al lado
de una mujer que tras su fachada de princesa no es más que una arpía.
Tras darme un baño
me recosté sobre mi cama con la mirada fija al techo de mi habitación, escuche la voz de Evans, deduje que estaba
hablando con esa, negué con la cabeza, era molesto escuchar cómo le suplicaba,
cerré los ojos tratando de apaciguar ese rencor
que solo ella podía hacerme sentir, era algo infantil de mi parte pero
si tan solo Dios pudiera escucharme y ayudarme, “Se que odiar es malo, pero
Señor mas malo es ver a mi amigo sufrir al lado de una mujer que no lo merece,
no creo que lo que él haya podido hacerle sea tan malo como para que ella lo
use de esa manera, si bien no debo meterme en su relación solo te pido Señor
que me ayudes a alejar a esa mujer de su lado, ayúdame a demostrarle a mi amigo
que esa mujer no vale la pena, ayúdame por favor”

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