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domingo, 19 de enero de 2014

[Capitulo 2] Amor Ajeno



“El miedo a no odiarte”


Busque las llaves del auto en la que ahora era mi habitación, en cuanto las encontré cogí el celular y salí corriendo, ya ni el auto era mío me dije al ver el auto de Evans frente a mí, subí a toda prisa y conduje sin rumbo fijo.

Al cabo de unas horas me detuve frente a una casa, por más que lo pensé la casa no se me hacia conocida, pero como había llegado aquí?, me baje inmediatamente del auto, si mi subconsciente me había traído aquí era por algo, las respuestas que necesito tal vez estén aquí, me adentre temerosamente a aquel lugar, un hermoso jardín me abrían paso a esa casa, toque la puerta pero nadie abría, no me podía dar por vencido, toque nuevamente y alguien salió, una mujer de aproximadamente 50 años que al verme no pudo ocultar su sorpresa.

  • -          Joven Evans! – es cierto, no me ve a mi sino ve a Evans, incline la cabeza en señal de saludo, ella hizo lo mismo y luego me sonrió – pase, la Srta. Lo necesita
  • -          A mí? – pregunte torpemente
  • -          Inútilmente intente comunicarme con Ud. Desde ayer, ella se puso mal después de que discutieran – recordé el sin fin de llamadas en el celular
  • -          Así que fue Ud. Quien llamaba
  • -          Si joven,  mi niña se puso mal desde que Ud. Se fue, aventó el celular en el sofá de la sala y se encerró en su habitación, por los ruidos que ahí escuche deduzco que debe haber destruido todo lo que pudo, no sé qué paso entre Uds. Pero le pido que por favor suba a verla
  • -          Subir? – había llegado aquí sin imaginarlo, el lugar no lo conocía, como podría saber dónde ir
  • -          venga conmigo  - y como si hubiera leído mi mente me guió hasta donde se encontraba esa mujer
  • -          Aquí? – pegunte cuando ella se detuvo, ella asintió, toco la puerta una y otra vez pero no obtuvo respuesta alguna, hice lo mismo al ver la desesperación en esa mujer, pero fue inútil
  • -          Joven y si le paso algo? Si fue capaz de cometer alguna locura
  • -          Porque haría algo así? – pregunte inmediatamente, ella me miro sorprendida y con notable reproche
  • -          Joven no se qué está pasando, pero es cruel de su parte preguntar sabiendo que ella anteriormente estuvo por cometer una locura a causa suya y UD. Mejor que nadie sabe que si ella lo perdono fue porque Ud. le juro que jamás la volvería a lastimar
  • -          Lo siento – fue lo único que pude decirle a esa mujer – aléjese por favor – ella me miro y comprendiendo mis palabras se alejo, tome impulso y empuje una y otra vez aquella puerta hasta que la cerradura se rompió y la puerta se abrió dejando a la vista a una mujer inconsciente tirada sobre la alfombra de aquella habitación.
  • -          MI NIÑA!!!! – grito la mujer corriendo a ayudarla – AYUDELA por favor ayude a mi niña – el grito desgarrador de esa mujer hicieron que reaccionara y tomándola en mis brazos la levante del suelo y recosté sobre su cama.
  • -          Tráigame alcohol enseguida – la mujer salió corriendo y yo me quede mirando horrorizado a la mujer  que tanto odiaba y la que ahora yacía inconsciente – Anaile despierta, por favor despierta – tome su pulso y aunque lento me daba la tranquilidad de saber que solo se trataba de un desmayo, que fue lo que pudiste hacer Evans para que esta mujer este así?
  • -          Aquí tiene! – dijo la mujer entrando corriendo a toda prisa, abrí la botella de alcohol y lo pase bajo su nariz, derrame un poco del mismo y lo frote por su frente, le hice oler el alcohol una y otra vez hasta que poco a poco recupero la conciencia.
  • -          Te sientes mejor? – en cuanto escucho mi voz abrió los ojos de par en par y mirándome fijamente empezó a llorar, me sentí tan torpe en ese momento, EVANS que fue lo que hiciste?!, fue lo que me pregunte al ver la reacción de esa mujer, se bajo de la cama y se dio media vuelta, y evitando a toda costa verme empezó a llorar – levante la mirada y aquella Sra. Negó con la cabeza  su rostro estaba lleno de decepción, y es que acaso las lagrimas de esa mujer significaban que nuevamente Evans la había lastimado? la Sra. Había dejado en claro que ya anteriormente la había lastimado al punto de que ella estuvo por cometer una locura – Sra. Nos puede dejar solos? – no me respondió tan solo se fue cerrando la puerta tras suyo.


Un silencio aterrador se formo en esa habitación, ella ya no lloraba tan solo me ignoraba y yo sin saber que hacer o decir, no conocía la gravedad de los hechos, me puse de pie y camine una y otra vez por la habitación, este silencio me estaba molestando, un cumulo de emociones se apoderaron de mí, me senté frente a ella y cuando ella intento girarse la cogí del brazo impidiéndole moverse, la mire fijamente y olvidándome de quien era empecé a hablar.

  • -          Puedes explicarme porque estas así? Es deplorable ver a una mujer como TU en ese estado sabes – al ver tu expresión me di cuenta que había metido la pata, que en lugar de solucionar algo estaba por empeorar todo, pero aun así la boca es más rápida que la mente – no eres de las mujeres débiles así que no te muestres frágil ante mi – estúpido cállate de una buena vez me gritaba mentalmente
  • -          Evans – tu voz se oía tan débil tan diferente, te sentaste sobre la cama y limpiando todo rastro de lagrimas me miraste fijamente – si es a ella a quien quieres lo entenderé pero no me sigas mintiendo,  no me sigas convirtiendo en un ser despreciable – la mire fijamente como pidiéndole que me explicara mejor para poder entenderla – tu sabes que si actúo así ante la gente es porque no quiero que nadie más me haga daño LO SABES NO?.  Acabemos con  esto por favor – te mire ahora de manera distinta, al parecer eh odiado y juzgado mal a alguien que ni conocía, sentí la necesidad de abrazarte y me deje llevar por ese sentimiento,  te dejaste llevar por ese abrazo que me lleno de calidez – aunque lo intente no puedo odiarte y sé que tu tampoco puedes hacerlo, ambos cometimos errores, pero sabes que… -  delicadamente lleve mi mano a su boca y no deje que siguiera hablando, no tenia porque conocer más de su vida, ya que esta era una vida que no me pertenecía.
  • -          Será mejor que descanses no quiero que tu nana me agarre a palos más tarde – intente sonreír y ella me miro más tranquila, se recostó sobre la cama, la cubrí con una de las sabanas y luego me quede observándola, que diferencia de aquella mujer prepotente a la que detestaba, estuve por ponerme de pie pero ella cogió mi mano, me miro y luego cerró los ojos sin soltarme, no pude evitar esbozar un sonrisa ya que ese acto me resulto tan infantil.


Las horas pasaron y el sueño me fue ganando, no pude soltarme de su agarre por lo que me recosté a un lado de la cama, poco a poco el sueño fue ganando terreno, me deje poseer por el mismo mientras en mi cabeza solo estaba la idea de que al despertar todo volvería a la normalidad, con la diferencia de que ahora tendría otro concepto sobre ella, y aunque me da miedo admitirlo, creo que ya no podría odiarla.

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